Siendo cerca del 80 por ciento de la población nikkei peruana de origen okinawense, la presencia en las diferentes manifestaciones culturales de este último Matsuri 2012 no podía dejar de lado el ritmo de los taiko, las melodías y las bandas que se presentaron en el escenario.
Las bandas K-chiashi, Okinawa Chanpuru y Hayabiki combinan ritmos modernos con instrumentos tradicionales de la isla, difundiendo así la música en las nuevas generaciones e instando a grupos de jóvenes para canalizar sus energías a través de ella.
Las damas de Okinawa Kenjinkai estuvieron al frente del stand, con el plato más representativo de la culinaria okinawense que es el Okinawa soba. Todos los años siempre se terminan las raciones a tempranas horas.
La manifestación de arte okinawense que más gente congrega en la colectividad es la agrupación Ryukyukoku Matsuri Daiko, la cual, además de bailar al estilo tradicional, se caracteriza por sus movimientos fuertes y dinámicos combinando melodías tradicionales y modernas. Con ello le dio un nuevo giro al eisa y difunde la cultura mediante la danza.
En la parte artística estuvieron presentes sobre el escenario Yochan Azama, sempai de la canción, junto con los artistas de Nipponia: Kazufumi Miyazawa, Alma Kaminiito, Claudia Oshiro y Alberto ?Beto? Shiroma. La delegación del kenjinkai se presentó con el tradicional hatagashira, usado en los matsuri de la isla sureña.
En este último Matsuri 2012 se puso de manifiesto que la cultura okinawense está asegurada, gracias a las nuevas generaciones y a lo largo del tiempo en el Perú.
Fuente: Peru Shimpo