Muchas personas han muerto respirando monóxido de carbono, gas letal que inicialmente produce adormecimiento agradable, una sensación de placentera serenidad y paz, así la víctima adormecida durmiendo tranquilamente, pasa del sueño a la muerte. Es llamado el asesino silencioso porque mata sin dar a sus víctimas tiempo para reaccionar.
Este gas lo podemos comparar con las tentaciones que abundan hoy, se inicia adormeciendo nuestra conciencia, dando una sensación de bienestar, que la vida es corta hay que disfrutarla probando todo lo que se nos presente, pasamos entonces de la modorra al sueño placentero no reaccionando porque ya estamos atrapados, podemos fácilmente caer en drogas, sexo libre, mentiras, chismes, coimas, narcotráfico… sin que nos sintamos mal, el gas letal del espíritu maligno nos hizo caer en sus redes.
Estos gases asesinos tienen en sus garras a nuestra sociedad que se ha vuelto cada vez más permisiva: aceptamos como normal mentir, sobornar, estafar, abandonar a una mujer embarazada, dejar a niños sin alimentos ni educación, abandonar a padres ancianos… con consecuencias tan graves que poco a poco pueden destruir nuestra sociedad, salud y vida.
Iniciando el 2013 tratemos de tamizar lo malo de nuestro pasado, para que quede solo lo bueno en nuestro interior, así limpios recordemos que podemos ser felices con el corazón en paz, sin lastres ni cargos de conciencia. Atesoremos más bien lo bonito que hayamos vivido, pues nadie nos podrá quitar lo que disfrutamos, lo que vivimos plenamente, aceptemos nuestro presente con alegría sea bueno o malo a nuestro parecer.
Escribo a continuación dos pensamientos que leí un tiempo atrás:
La vida está llena de cosas y gente imperfectas. Aprender a aceptar los defectos y celebrar cada una de las diferencias de los demás, es una de las cosas más importantes para crear una relación sana y duradera.
Nosotros mismos, tal vez, hemos sido atrapados por los gases letales de las tentaciones, cayendo una y mil veces pero nunca es tarde para recapacitar y variar comportamientos errados, aceptando que somos débiles pero con el propósito de evitar caer nuevamente en el futuro. Tampoco seamos severos juzgando a los demás, que por ser humanos estamos sujetos a errar y a nadie le gustara ser lapidado por una acción mala que tengamos en nuestro haber.
La tristeza mira hacia atrás.
La preocupación mira alrededor
La depresión mira hacia abajo
La fe siempre mira hacia arriba.
Tratemos de evitar la tristeza, preocupación, depresión y cualquier sentimiento negativo, más bien sea la fe la que aumente cada vez, caminando siempre adelante, para enfrentar cualquier reto, teniendo la certeza de ser ganadores, porque confiamos plenamente en Dios y en nosotros mismos.
Huyamos de las tentaciones para no tener que arrepentirnos después, la tranquilidad no tiene precio y lo que más bloquea la energía de una persona es llevar una vida doble.
Olga Kian de Kitsutani